El propio Raurich introduce al lector en primera persona y le previene: “Es el libro de dos palillos y no el de Albert Raurich, lo sé, pero como lo estoy escribiendo yo voy a poner lo que me venga en gana”. Por ello, la introducción repasa los orígenes del restaurante, las cuatro travesías que marcaron su formación, como un cuaderno de viaje. De Barcelona a Cap de Creus (“en elBulli nace todo”, de ahí a Tokio (“amor a primera vista”) y a Nueva York (“donde se conceptualizó la idea”), de Montjoi a Barcelona de vuelta, para inaugurar en 2008.
Arrancado el libro, toca hablar de quién hace dos palillos, de sus ángeles y creadores. Ahí salen la familia Fluxà de Camper y Fernando Amar de Vinçon, pero también, y sobre todo, Tamae y Takeshi, “mi mano derecha” y “la jefa”. De ambos explica historias y anécdotas, como cuando se presentó Takeshi en elBulli para trabajar. “Quiero aplendel”. “¿Perdón?”.”Vego Japón pala tlabajal”. Raurich era el jefe de cocina y lo fichó. La aventura conjunta en Roses duró cuatro años.
Una serie de fotografías de archivo y curiosas anteceden al “sapiens” de dos palillos, la base del libro, el concepto y los fundamentos de un restaurante diferente que nació y sigue con el afán de fusionar las tapas con la gastronomía asiática sobre un dogma de conocimiento y respeto, “sobre todo conocimiento y respeto”, apunta Raurich. Dos Palillos quiere transmitir el conocimiento de la gastronomía asiática de verdad “porque no se conoce”.
¿Qué es de verdad un sushi? ¿Qué un sashimi? ¿Un dimsum? Sentar las bases, “abrir la mente y enseñar que Japón no sólo es sushi, sashimi y niguiri; explicar de verdad lo que son realmente”. El libro expone y detalla conceptos, técnicas y elaboraciones tradicionales, japonesas y asiáticas, “pero no productos. Eso se puede encontrar fácil en Internet. Nuestro know how es otro”. Es la base del conocimiento catalogado, un vademécum asiático único “para trabajar con sentido”. |
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