LAS RUTAS ENOLÓGICAS EN LA D.O. ALICANTE, UNA ALTERNATIVA AL TURISMO MEDITERRÁNEO CONVENCIONAL
En contrapunto a las clásicas vacaciones y descansos en el Mediterráneo, tradicionalmente basados en el sol y la playa, en
Claro ejemplo es
La región de Alicante se encuentra separada en dos comarcas: Vinalapó al sur, y Marina Alta y Baja al norte. Estas dos regiones, a pesar de sus diferencias, se encuentran unidas por un nexo común: la vid y su tradición vitivinícola, que se ha ganado, a lo largo de los años, un más que merecido prestigio.
Parte imprescindible de esta tradición es el cultivo de la Monastrell, una uva singular, adaptada a las peculiaridades mediterráneas. Y es que puede soportar perfectamente las muchas horas de sol y suelos pobres e, incluso, sobremadurar en cepa para dar como resultado vinos de licor o el Fondillón, un vino generoso único, de complejísima elaboración, sabroso y elegante, uno de los tesoros de la bodega mundial. Pero la Monastrell está también en la base de vinos tintos secos, jóvenes, crianzas, reservas o dulces diversos.
La ruta del vino de Alicante es una propuesta enoturística alternativa y diferenciadora en la provincia donde las comarcas del interior poseen una gran tradición vitivinícola donde el vino representa en la cultura y en la tradición provincial un gran sello de identidad y un elemento económico de singular importancia, diferenciador con respecto a otras regiones.
Un congreso en torno a la Monastrell
Como parte de la promoción de los vinos de la zona,
El principal objetivo del Congreso será reivindicar y revalorizar tan espléndido y diferenciado varietal, que se abre camino desde el Mediterráneo. Quizá aún no se haya popularizado suficientemente y el encuentro alicantino aspira a confirmarlo como una novedosa y sorprendente alternativa entre los grandes vinos españoles. Porque, además, las modernas técnicas aplicadas a la elaboración han permitido que los vinos en cuya composición entra la Monastrell ganen en finura y sutileza.