Verlo para creerlo. Régis Marcon, del “Auberge et Clos des Cimes”, sale de este triple salto mortal vitoriado. Mantiene perfectamente la identidad de la lenteja que se convierte en un fino dulce impregnado de mágicos toques que atestiguan lo portentoso chef que es, en los que se atisba la presencia de vainilla, jengibre y cítricos. Son muy curiosas las apreciaciones, un tanto alucinantes, a castaña y clavo que depara.
Se compone en un 59% de lentejas verdes de Puy, en un 40% azúcar de caña y en 1% de vainilla, jengibre y cítricos.