La Tasquita de Enfrente

La Tasquita de Enfrente

Nació hace casi medio siglo en la entonces muy alegre calle madrileña de La Ballesta. Su propietario, Juanjo López, un personaje ciertamente curioso. Le distingue la Ética. Un obsesionado de la materia prima. 

Un templo de producto en géneros caros y asequibles.

Te descubre un tomate, con la forma de un pimiento, alargado, de una carnosidad inaudita, todo carne, compacta, nada de agua. Unos huevos, de gallinas que viven en libertad, alimentadas con higos y col, únicos.  Coge la yema con dos dedos, y no se rompe, densa como una leche condensada, de una sustancialidad asombrosa. Unos hongos, rabiosamente vivos, que te sirve crudos, por un lado y por otro, calientes, salteados unos instantes, que acompaña con unas gildas en tempura. 

Productos siempre sobresalientes que hace extensible a mariscos, pescados y carnes. ¡Qué merluza! De las que ya no existen… simplemente cocida en un caldo corto, un caldo corto suculento enriquecido con la patata, el AOVE y el azafrán, que enriquece al pescado, que sale en su punto rosa… e inmaculado.

Un clásico actualizado.

Son célebres su ensaladilla rusa, coronada con las mejores huevas de trucha que existan, las de Calter; sus callos a la madrileña, en verdad pantagruélicos; sus albóndigas, de solomillo de vaca entremezclado con panceta de cerdo, suculentísimas y jugosísimas, sonrosadas en su interior, con una salsa de cuchara de oro, y unos trozos pequeños de patata frita incrustados por fuera de las albóndigas….como si fuesen unas joyas, adornando.

Todo clásico, pero muy personal. Esencial.

Y con algunas licencias. Como la anguila ahumada, de una pieza enorme procedente del Delta del Ebro, sobre unas láminas de pera caramelizada… excitante, grasa, carnosidad, humo, salado, dulce, fruta, pescado…. ¡qué complejidad!

Marca la diferencia en la esencialidad.

Su versión de la tortilla de camarones es la opuesta a la andaluza. La tortilla es una crema emulsionada de esos huevos de gallinas alimentadas con col e higos, en verdad manjarosa… y sobre la crema, que hay que coger con cuchara, los camarones, simplemente salteados. Todo impactante… como la terrina de oreja de cerdo ibérico con una visión muy personal de una salsa brava.

Siendo La Tasquita de Enfrente un restaurante muy reconocido yo creo que no se le valora todo lo que merece.

Tienes que tener mucho criterio para comprender que detrás de tanta aparente sencillez hay una enorme sabiduría, una ímproba reflexión intelectual, una depurada técnica, mucha exquisitez y una extraordinaria riqueza de matices. No es fácil captar tantos méritos en una comida tan “castiza”.

  • Tomate
  • Tomate
  • Tomate
  • Tomate
  • Ensaladilla Tasquita con Huevas de Trucha
  • Ensaladilla Tasquita con Huevas de Trucha
  • Anguila ahumada sobre pera caramelizada
  • Anguila ahumada sobre pera caramelizada
  • Hueva de mújol
  • Hueva de mújol
  • Tortilla de camarones
  • Tortilla de camarones
  • Hongos - Piparra
  • Hongos - Piparra
  • Terrina de oreja de cerdo ibérico
  • Terrina de oreja de cerdo ibérico
  • Merluza en caldo corto, con patata, AOVE y azafrán
  • Merluza en caldo corto, con patata, AOVE y azafrán
  • Albóndigas de solomillo de vaca
  • Albóndigas de solomillo de vaca
  • Callos "Gaona"
  • Callos "Gaona"


La Sala de Máquinas de Aponiente

22/04/2019 - Pablo Márquez

Permítanme la irreverencia, quizás osadía, de hablar del servicio, de las atenciones, de la SALA, de un restaurante vanguardia total como es Aponiente, y no hacerlo de su patrón, Ángel león, Dios de los mares, ni de su contramaestre, ni de tantos y tantos marinos que gobiernan las cocinas del Titanic de la gastronomía del emergente siglo XXI. Subrayemos los nombres de Jorge Ponce, de Juan Ruiz-Henestrosa, Paco Fuentes, Pedro Casillas, Miguel Cortina… y brindemos por un equipo meritorio de enmarcar. Y me siento en la necesidad de hacerlo, casi la obligatoriedad, no porque de repente crea que es una reivindicación justa la defensa del exánime ni la glorificación de la tendencia que no acaba de convertirse en moda. Lo hago porque creo, y así lo defiendo, que el trabajo que realizan los chicos de la pajarita y la bandeja en movimiento en este excepcional barco es admirable y digno de elogiar.  Pocos, muy pocos ejemplos como este en nuestro país. Así de claro. Haberlos haylos. Identificados por todos. Por desgracia, también contables, no son infinitos los que son, ni así son todos los que están.

Cierto es que en general los comentarios de los concurrentes a este molino de la creatividad y autenticidad valoran positivamente la asistencia recibida, mas esta queda eclipsada a mi entender (con cierta lógica), por un trabajo inaudito que el hechizante Chef del Mar brinda desmesuradamente. El funcionamiento del comedor de este trasatlántico funciona como una brújula que guía a cada uno de sus componentes con un rumbo marcado, camino excelencia. Todo es armonía, compañerismo, dedicación, amabilidad, generosidad…SERVICIO. Todo es para ti. Todo. Esto no son palabras, son hechos. Más allá de la meticulosidad que se requiere para ofrecer una experiencia inolvidable como la que se busca en el peregrinaje hacia El Puerto de Santa María, por encima de mantener el protocolo, de guardar las formas, del academicismo, de marcar los tiempos, de no tropezar, de llegar, de sonreír, de algo tan cotidiano como es leer y tan difícil de interpretar y traducir en una casa de comidas cuando los gestos sustituyen a las palabras; más allá está la complicidad, el querer, el interés, las ganas, la entrega, la dedicación…y llega la magia.

Que se le cae la servilleta al comensal que está sentado a tres puertos de distancia, alejado de mi rango, pues voy y la recojo. Que aquel cliente se levanta a echar el pitillo: ¡Ojo avizor! Que esta señorita tiene que ir al lavabo: copa de agua nueva, fresquita, con piedras de hielo enteras a su regreso. Que aquel es un descarado, temple, respeto absoluto. Implicación, afán, así se llama. Y esto, que debería ser lo ‘normal’, se ha convertido en un valor añadido en la hostelería. Lo razonable, el querer hacer tu trabajo lo mejor posible, el superarte cada día, el progresar, se han convertido en méritos cuasi inalcanzables. Esta actitud, básicamente, a mi modo de ver, se debe a la falta de cariño por lo que se hace. Si uno trabaja en algo que no le gusta pasan estas cosas. Claro, aquí, en Aponiente, sucede todo lo contario. Estos chicos desean tanto hacerlo bien que solamente se puede deber a dos factores que incluso pueden estar encadenados. Primero, su profesionalidad, algo indiscutible. En segundo lugar, y más subjetivo y difícil de catalogar, el amor que sienten por lo que hacen y la pasión que invierten en conseguirlo. Todos para uno y uno para todo.

Contaré una anécdota para que vean que hay luz al final del túnel. La pasada temporada, con la inauguración de su nueva etapa, acudí con un grupo numeroso de nuestros alumnos de Gasma, el Campus de Gastronomía y Management Culinario de la Universidad CEU Cardenal Herrera (que asesoro), tanto de Grado como de Máster, a vivir una experiencia convertida en inolvidable para ellos. Todos y cada uno de los estudiantes habían leído los relatos, eran conocedores de las batallas, coleccionistas de los apólogos, admiradores de la leyenda que forja Ángel León surcando los mares, descubriendo los abismos, defendiendo la coexistencia de lo noble con lo pobre. Lo sorprendente de la jugada fue escrutar el sabor de boca después de la ahogadilla. Uno por uno, alumnos de una multiculturalidad dilatadísima (españoles, italianos, mexicanos, bolivianos, ecuatorianos, kenianos,…) subrayaron el advertido, como uno de los mejores servicios que habían disfrutado en sus vidas. Cierto es que en su recorrido aún les quedan tres o cuatro desembarcos, pero no menos cierto es que algo muy grandioso habían contemplado para que después de meterse entre pecho y espalda un menú degustación del Capitán Nemo, de pasear y descubrir el entorno recuperado para la Humanidad acompañados de Ana (su bióloga), una de las personas que lo cuidan y magnifican, de presenciar en exclusiva de mano de Ángel León el emocionante espectáculo de contemplar la luz del mar, de tocarla, de probarla y recrearse con ella.., tras este viaje fantástico, lo primero que te dicen es que ha sido increíble observar el trabajo en SALA. Nunca en su corta existencia recibieron un trato como el que aquí les han regalado. Y yo no puedo estar más de acuerdo, era para grabarlo. Inaudito. ¡Bravo! ¡Olé! ¡Chapeau!

Quizás, si dedicáramos más elogios a estos profesionales (a los que los merecen, por supuesto) tal vez más jóvenes entrarían en las escuelas o universidades para aprender a ‘atender’ y no todos tendrían la vocación de quemarse en las cocinas. Comento lo escrito porque a estas alturas del filme ya sabemos que la juventud busca sus ídolos, y ahora les ha tocado a los chefs. Ojalá seamos capaces de aprovechar el momento de oro para crecer en un sector en el que parece que todo relleno vale. Y amigos míos, un bizcocho empapado por dentro no es un coulant.

Si quieren caviar, ya saben, buceen en Aponiente, que no exclusivamente con descartes cohabita el hombre…



Un fin de semana de parrilla en Zarautz invita a recorrer un poco de Historia. Veneramos a Pedro Arregi y Bittor Arginzoniz



Casa Manolo

Casa Manolo

 Manuel Alonso es un cocinero hecho a sí mismo. No solo en lo técnico, sino más bien en lo conceptual. Cierto es que cuando ejercía en la sala de Casa Manolo al lado de su hermano (que por entonces se ocupaba de la cocina), ya manejaba la partida de postres. Pero desde aquellas hasta en lo que se ha convertido hoy, tanto el restaurante, cómo la evolución de la persona, ha pasado un mundo. Es realmente admirable lo que uno puede llegar a forjar con tesón persiguiendo un sueño. Y es que Manolo es a lo que se dedica, a soñar, pero en modo despierto, ya que las horas de la jornada no le alcanzan para realizar las dos versiones (on/off). En verdad no conozco muchos cocineros en España entregados en cuerpo y alma como lo hace el susodicho. Se la ha metido entre ceja y ceja un objetivo, y no escatimará en medios hasta llegar a conseguirlo. Si tiene que invertir dinero, derrochará. Si tiene que dedicar tiempo, no lo perderá. Si por el camino se deja la poca vida personal que pudiera festejar, ahí quedará, y no mirará hacia atrás, porque el siempre piensa en adelante. De verdad, lo que está construyendo nuestro amigo es digno de alabar. Me refiero al conjunto, no a los platos, ni al restaurante, ni a la poesía, ni al diseño… ¡Todo! Claro, aquí mi análisis personal podría confrontar con el ‘confort’ de Manuel a la hora de esbozar su historia. En primer lugar, creo que tiene una capacidad enorme para adaptarse a distintos hábitats y forjar con ingenio y estética su proyecto. Aquí llega mi primer cuestionamiento, si el sitio, la ubicación para lo que el pretende conseguir es el apropiado. El lugar es maravilloso, eso nadie lo discute, a pie de playa contemplando, cuasi tocando el Mediterráneo. El Paraíso. Pero lo bonito y lo factible no siempre caminan de la mano. Joël Robuchon no creó su imperio basándose exclusivamente en que los entornos de sus negocios fueran celestiales. Me dirán que la comparación no procede, pero claro, si conocieran en profundidad el sueño de Manolo comprenderían lo que digo. Este “chico” no pretende conseguir dos estrellas y conformarse “solamente” con eso, ¡que no! Sus aspiraciones suenan cuasi inalcanzables, y si fuera otra persona la que me las contara, quizás me provocaría hasta risa. Pero este hombre, más allá de su talento e imaginación, no escatima en esfuerzo, en lucha, en sacrificio. ¿Qué no se ha conseguido en nuestra sociedad, en esta profesión, con estos mimbres? Con genialidad y don se pueden llegar a levantar imperios, pero con entrega, dedicación y persistencia, también. Con esto no le aconsejo que coja sus cuchillos y emigre después de lo que ha llegado a levantar en Daimús, y huya hacia una gran ciudad en busca del sueño americano; quizás haya perdido ya la ventaja de la edad, de la juventud para correr arduo y veloz. O quizás no. Es posible que lo mejor es que se quede y viva placenteramente y disfrute de los logros obtenidos, en un paraje maravilloso, con un clima envidiable, y una situación privilegiada. Quizás tampoco es lo que deba hacer… ¡Qué difícil es tomar decisiones en la vida y aconsejar! Lo que está claro es que tenemos que aplaudir la evolución de la Casa, su oferta, y que sigan existiendo personas que amen poéticamente la gastronomía por encima de todas las cosas.

Pese a las recomendaciones que habrán escuchado, permítanme que nade a contracorriente. Yo no iría hasta Casa Manolo exclusivamente a comer unos callos. ¡Están cojonudos! Eso no se discute, pero de ahí a ser los mejores callos del mundo… También domina los arroces con maestría; pero de nuevo ejemplos me sobran en la zona, siendo los suyos delicados a la vez que sabrosos, ligeros y gustosos al unísono; contemporáneos sin perder el fundamento. Y mira que hoy estoy siendo sincero y directo. Tampoco acudiría exclusivamente por el producto. Y vuelvo a lo mismo que antes, no me vayan a interpretar mal. Maneja un producto de primera, lo mejor que es capaz de conseguir, muy bueno. ¿O se creen que para construir ese proyecto cuasi inalcanzable se va a poner a vender material de segunda? Pero para comer una buena gamba o cigala conozco unos cuantos lugares. A donde quiero llegar: Lo realmente sorprendente, lo inaudito, lo abrumador, es la capacidad constructiva de sus composiciones, una mezcolanza fantasiosa de diseño, idea, gustosidad e ingenio. Construcciones harto trabajadas, infinitamente pensadas, muy estudiadas, sorprendentes en continente y contenido. Dialectalismo y mediterraneidad, cosmopolitismo y contemporaneidad. En cuanto el tándem idea-ejecución alcance su cenit, a falta de algún engranaje, una culinaria emotiva trascendente bañará el Mediterráneo.

Por eso le digo a nuestro querido Manuel: -¡Tú sigue, que nosotros te seguiremos!

  • Gazpacho
  • Gazpacho
  • Bocabit de espencat, mahonesa de atún y pimiento rojo
  • Bocabit de espencat, mahonesa de atún y pimiento rojo
  • Agua de sandía y fruta de la pasión
  • Agua de sandía y fruta de la pasión
  • Espuma de tomate con mojama
  • Espuma de tomate con mojama
  • 'Cona' crujiente con panceta ibérica
  • 'Cona' crujiente con panceta ibérica
  • Sandwich tikka masala y anchoa
  • Sandwich tikka masala y anchoa
  • Buñuelo de brandada de bacalao con su pil pil
  • Buñuelo de brandada de bacalao con su pil pil
  • Taco de cordero con yogur y menta
  • Taco de cordero con yogur y menta
  • Coca escaldada con jurel en media salazón
  • Coca escaldada con jurel en media salazón
  • Pan artesano de pimiento a la brasa con harinas ecológicas
  • Pan artesano de pimiento a la brasa con harinas ecológicas
  • Ostra del sol con sorbete de apio, salsa raifort, mahonesa de ostra
  • Ostra del sol con sorbete de apio, salsa raifort, mahonesa de ostra
  • Coliflor, 'polp sec', quisquilla, cidro y aceite de oliva
  • Coliflor, 'polp sec', quisquilla, cidro y aceite de oliva
  • Royal de erizo de mar
  • Royal de erizo de mar
  • Caballa marinada, manzanilla madura y pimienta sansho
  • Caballa marinada, manzanilla madura y pimienta sansho
  • Quisquilla de Gandía
  • Quisquilla de Gandía
  • Ensalada valenciana con capellán
  • Ensalada valenciana con capellán
  • Pulpo a la brasa, papada ibérica y chirivía en texturas
  • Pulpo a la brasa, papada ibérica y chirivía en texturas
  • Agua de limón y albahaca
  • Agua de limón y albahaca
  • Empanadilla de nabo 'daikon' y sepia
  • Empanadilla de nabo 'daikon' y sepia
  • Gamba roja de Gandía cocida en agua de mar
  • Gamba roja de Gandía cocida en agua de mar
  • Magret de pato con pasta de boletus y foie / Agua de manzana, apio y jengibre
  • Magret de pato con pasta de boletus y foie / Agua de manzana, apio y jengibre
  • Lubina a la brasa con salsa de naranja y colatura de anchoa
  • Lubina a la brasa con salsa de naranja y colatura de anchoa
  • Cigala a la sal
  • Cigala a la sal
  • Huevos / Angulas
  • Huevos / Angulas
  • Arroz con costra y presa ibérica "Arturo Sánchez"
  • Arroz con costra y presa ibérica "Arturo Sánchez"
  • Galete de atún a la brasa con zanahoria ecológica y hojas ácidas
  • Galete de atún a la brasa con zanahoria ecológica y hojas ácidas
  • Callos como los hacía mi madre
  • Callos como los hacía mi madre
  • Melón con helado de yogur, pepino y menta
  • Melón con helado de yogur, pepino y menta
  • Higos encurtidos con queso fresco y bizcocho de Idiazabal
  • Higos encurtidos con queso fresco y bizcocho de Idiazabal
  • Infusión de canela-armagnac/Financier almendra/Capuchina - naranja/ Roca choco
  • Infusión de canela con armagnac/Financier de almendra/Capuchina con gel de naranja/Roca de chocolate y avellana


Espárragos y anchoas. Esta semana en Salón de Gourmets homenaje a Francisco López Canís y 16 Premio Internacional de Cocina con AOVE/Jaén Paraíso Interior