Seguramente no existe un condumio más simplón. Seguramente nadie supere a este matahambrunas en barato. Seguramente es imposible hallar un aperitivo tan canalla. Seguramente su vulgarización no tiene parangón. Seguramente lo único que le queda es el encanto tabernario, y el morbo que despierta. Esa cutrez es lo que ha debido incitar a Sergi Arola a hacer un plato 10 de algo que en el día a día resulta verdaderamente infame y está tan desacreditado, o más, que la hamburguesa.
Un plato para la posteridad, que nace bajo el signo de la intemporalidad. Un plato arrogante que p...