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Martínez


Noélia Martinez
País: España
Localidad: 09500 Medina de Pomar (Burgos)
Dirección: San Francisco, 3
(+34)947191689
Cierra: Las Noches, salvo Viernes y Sabado
Precio: 11/30 € €
Precio menú degustación: 11, 23 y 25 € €


 Este bar ha ganado en innumerables ocasiones el Concurso de Tapas de Medina de Pomar tanto en en apartado libre como lde identidad local. No puede extrañar a nadie, pues se aprecia un fondo de cocina encomiable, que hace de este establecimiento la mesa la de mayor reputación de la localidad. No es nuevo, pues desde hace ya tres generaciones se vienen alternando y secediendo los miembros de la familia Martínez, oficiando actualmenteNoelia Martínez, joven que practica una cocina casera ilustrada, como se ve en los pinchos, que siendo clasicos en los sabores denotan saber hacer, grandes hechuras, así como una ponderada imaginación.
Valgan como testimonio tres. El primero de ellos es el denominado falso ravioli de ternera, en realidad un paquete de calabacín en tempura, que alberga en su seno un rico guiso de ternera, que se completa con la salsa del ragú, una aérea espuma de patatas y una teja de almendras. Vamos, que se sabe lo que se hace y se curran las elaboraciones. Lo que vuelve a quedar en con el petit choux de setas y pato escabechado, adornado con caviar duce de miel y unas pinceladas de esta. Sabores de siempre contemporaneizados en las formas y ciertamente satisfactorios. Pasión y orgullo local con parecido estilo e incuestionable suculencia y resultado: buñuelo con incrustaciones de lechuga de Medina relleno de una albóndiga de potro y pepinillo con cebolla caramelizada y salsa de queso.
En la carta del restaurante predominan los platos sencillos, como en los pinchos, actualizados en los que, a su vez, se aprecia el fondo de cocina, Desde años ha gozan de gran predicamento las croquetas de jamón, con una bechabel ciertamente refinada y cremosa, que ha sido batida largamente, además de con estimables tropiezos, que hacen honor al apellido. La ensaladilla rusa mantiene la tónica general de la casa: muy rica en su sencillez, que tiene la particularidad de ofrecerse con una juliana de lechuga de la localidad, de la que con razón se sienten orgullosos. Caseras-caseras las alubias rojas cocidas con verduras e ilustradas con muy dignos tropiezos, saliendo espesas y gustosas, además copiosas. Efestivas las chuletillas de lechazo, churruscadas, a la vieja usanza, que se acompañan de patatas fritas y pimientos verdes. Y esplendida la torrijas de la abuela, en verdad esponjosa, embebidas de leche perfumada con canela, que les aporta jugosidad y dulzura sin exceso. Inescusable obligación, igual que las croquetas.
En resumen, se come bien, abundante y barato. Costumbrismo con toques; en según que platos.