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El Mesón de la Costa


Huevas de Mujol
José García
País: España
Localidad: 03180 Torrevieja (Alicante)
Dirección: Ramón y Cajal, 23
(+34) 966703598
Cierra: Segunda quincena de enero
Precio: 45/75 €
Precio menú degustación:


  Conocidísimo bar y restaurante, inaugurado en 1989 por el matrimonio formado por José García y Mª Ángeles Legaz, que brinda un marco grandilocuente, rústico y noble, rebosante de madera y separado en pequeñas bodegas. Ofrece la gastronomía típica del territorio, tanto en lo referente al producto tal cual como en lo que hace referencia a tapas y guisos populares. Baste como testimonio el jamón, en verano dispone tres patas al corte, que el comensal puede elegir según apariencia. Sánchez Romero o Vázquez alegran la mirada y el paladar de la nutrida clientela que abarrota este ambientado y triunfal establecimiento. Jamón excelente a cuchillo y las mejores huevas de mujol, que llegan de San Pedro del Pinatar, concretamente de Albadalejo, que las ofrece poco curadas y bajas en sal, tiernas, jugosas, supernaturales; las mejores y con neta diferencia que jamás hayamos comido. Qué decir de los boquerones, justísimos de vinagre y con un buen aceite de oliva, lo que hace que salga excelentes en su género. Las quisquillas, las gambas rojas y blancas, las cigalas, los langostinos de Guadarmar…los tesoros más exquisitos del Mediterráneo en su máxima naturalidad y expresión; eso sí a precios considerables. Mariscos locales y también foráneos, a su vez solemnes y costosos, junto a condumios sencillos y gustosos, tan primarios como satisfactorios. Ahí está la ensalada de atún, tomate y olivas; ahí están los pimientos del piquillo rellenos de bonito en ensalada; ahí esta el salpicón de mariscos; ahí están los caracoles en salsa; ahí están los erizos con su crema; ahí están las vieiras gratinadas; ahí esta la crepe rellena de perdiz escabechada con delicada holandesa y queso, todo expresado en su justa medida, que hace gala del refinamiento y el equilibrio que siempre se espera encontrar en la mejor culinaria francesa, una tapa sobresaliente en su clasicismo. Colosal el chipirón a la plancha, de un frescor, de una nobleza, de un punto de hechura encomiables. Y si el tapeo o la comilona se quieren concluir con un platazo, el elenco de arroces tiene un neto cariz pantagruélico, muy acorde con el paisaje y paisanaje. Soberbia calidad intrínseca de los pescados, como la dorada al horno con refrito, el sargo de igual manera o el cabracho frito. Y el cabrito a la murciana, en similar sintonía, goza de gran predicamento entre su nutrida parroquia, que en verano y los fines de semana se cuenta por centenares de visitantes, atraídos por el establecimiento que rebosa tipismo y singularidad.