Carlos López

UN PASEO POR AUDREY’S

 Ubicado en un rincón del Hotel Ar Diamante Beach (Calpe, Alicante), con entrada independiente, Rafa Soler Atanet ha iniciado una cuenta atrás en solitario, en el que la aventura huele a final feliz, no sin la receta mágica sabida por todos los cocineros: sudor, compromiso, trabajo y dedicación. Cocinero consolidado en el panorama nacional, se inició de la mano de Martín Berasategui (Lasarte, Guipuzkoa), Fermi Puig (Drolma de Barcelona) o Joël Robuchon (L´Atelier de París), todos ellos testigos directos de su evolución, abierto a tendencias contemporáneas y un marcado estilo creativo.

En esta nueva aventura del Audrey’s restaurant, Rafa experimenta con los productos de la despensa local aportando una visión global. Consigue así una original fusión entre lo sofisticado y lo tradicional que, sin lugar a dudas, llenará cada mesa, cada plato y cada paladar de nuevas y deliciosas sensaciones.

De Snacks: caballa escabechada, lechuga y kimchi; Gamba roja en salazón; Sepia brut; Bocadillo de lomo (sugerentes, apetecibles y visualmente definidos. Elaboraciones entretenidas con definición propia e intensidad ascendente; en sala sugieren el orden de cada bocado de los snacks). De platos: Gazpacho de manzana verde, arenque ahumado y albahaca morada (matices y contrastes, frescura y alegría, redondez en el enfoque de la acidez del liquado de manzana y color llamativo, impresionante el olor frutal de las verduras al corte transparente); Sardinas, crema de almendra, vinagre e higos (sentido, gusto y conjunción, todo un mimo a la honestidad); Berenjena asada con humus y serrín de almendras tiernas (recuerdos del pasado, cocción sublime, mineralidad y carnosidad de la verdura, tersa pero esponjosa); Bogavante con bísquet, cebolletas, massala [mezcla de diferentes especias usadas en la cocina india que le confiere un sabor y un aroma característico] y ajo negro, (plato canalla, muy bien tratado en el que potencia la cocción de la carne del bogavante con el peculiar abanico de productos y el atrevido toque del picante pero todo muy racional); Parpatana de atún rojo [parte que rodea la boca por abajo, mandíbula y cuello, la papada] con jengibre, tomates simshi y sésamo (exquisita elaboración de una pieza cada vez más utilizada en alta cocina, melosa, carnosa, todo manteca, visualmente llama la atención por su tratamiento, parecido que consigue al de una pieza de carne); Black Angus con chirivía, hinojo y trigueros, (jugosidad, ternura y sabor, buen porcentaje de grasa insaturada, buena materia para no menos buen contraste con el acompañamiento, apartándose de las guarniciones aburridas y muy vistas); Tabla de quesos (definición de aromas, variedades y clases, corte y presentación apetecible de un bocado, cremosidad y untuosidad).  

En todas sus elaboraciones encontramos refinamiento y simpleza evitando sobre exagerar el montaje de platos. Una ejecución y tratamiento de ingredientes muy profesional. Importa sobre todo el sabor natural y la simpleza. Posee lo que se conoce en cocina como “un respeto del producto”. El cliente se encuentra con una cocina abierta “a todo tipo de influencias y productos”, pero siempre sobre la sólida base de sus raíces, busca el comer sano, sofisticación y equilibrio. Marcado carácter de cada uno de sus maestros en las diferentes etapas de aprendizaje anteriores, finura que mira a la cara del perfeccionismo culinario. 

El broche final lo pone la propia sala y sus actores, ellos hacen posible esta aventura.  Alex con un trabajo magistral en la dirección de sala; César al frente de una bodega bien fundamentada y sin picos ni estridencias, cuya máxima es hacer lo que marca las tendencias y los propios  gustos del cliente. Equipo, muy unido, que transmite buenas vibraciones seguridad y elegancia. Discreto, correcto y muy cercano. La comunión entre cocina y sala todo una.  Que buenas sensaciones para un proyecto de corto recorrido.