¿Qué Comemos? El Fraude de la Carne de Caballo Pone en Jaque a la Cadena Alimentaria

 Raquel Benito. El Confidencial.

El 15 de enero, Irlanda anunciaba que había encontrado carne de caballo en hamburguesas precocinadas etiquetadas como carne de vacuno. El fraude estaba servido. A partir de ese momento, la estafa fue saltando fronteras: Alemania, Reino Unido, Italia… También España ha visto cómo marcas del renombre de Findús o Nestlé han tenido que retirar algunos de sus productos de las cadenas de distribución por contener equino.
El escándalo ha puesto en jaque a la cadena alimentaria. Los consumidores reclaman su derecho a saber qué están comiendo, las marcas afectadas se apresuran a restituir su imagen, los distribuidores se limitan a retirar de los lineales las partidas fraudulentas, sobre los proveedores recaen las peores sospechas y las autoridades llaman a la calma.

¿Han dado los proveedores gato por liebre?

El sistema de trazabilidad (conjunto de procedimientos que permiten conocer el histórico de un producto a lo largo de una cadena de suministros) permite identificar en qué punto se ha cometido la irregularidad. “No tenemos que fomentar el pánico en un sistema que funciona. No quiere decir que no haya accidentes y que no tengamos que aprender de todo esto", apuntó el comisario europeo de Sanidad,Tonio Borg.
En esta ocasión, la carne de caballo ha encontrado una grieta en el sistema y, a falta de que se confirmen las sospechas, el dedo acusador apunta a losproveedores. Especialmente al matadero Doly Com, en Rumanía.

En España, la proveedora de vacuno para Nestlé, Servocar, también ha sido señalada después de que la multinacional suiza retirara seis productos del mercado. La proveedora española ha asegurado que nunca ha distribuido, comprado o vendido carne de caballo. Además, ha incidido en que, como intermediario cárnico, no procesa ningún tipo de carne, sino que únicamente suministra piezas enteras.

¿Qué me estoy llevando a la boca?

"Es gravísimo que en los mataderos no se distinga el tipo de carne. Hay que depurar responsabilidades", apunta Rubén Sánchez, portavoz de Facua. En este sentido, sobre la posibilidad de introducir a nivel europeo un etiquetado en el país de origen para los productos cárnicos, Borg aboga por "mantener la mente abierta" sobre esta propuesta para la que ya hay encargados informes de impacto.

La Organización de Consumidores y Usuarios, por su parte, ha denunciado que la calidad de las hamburguesas es, en general, baja y su precio elevado. El principal problema, destaca, es la elevada presencia de tendones y cartílagos, usados en sustitución de carne de calidad. Estas afirmaciones han enfrentado a la OCU con la Asociación Nacional de Industrias de la Carne de España (ANICE), que le ha acusado de "generar confusión y sensación de inseguridad en el consumidor".

Las marcas, unas víctimas más

Findus,Buitoni,  Nestlé, Ikea, Eroski… grandes marcas se han visto salpicadas por el escándalo al tener que retirar algunos de sus productos por contener carne equina. En un primer momento se escucharon rumores que explicaban la estafa como una estrategia de ahorro. "Es absurdo. Imposible. Marcas de la envergadura de las que se están viendo afectadas no se juegan su prestigio", señalan fuentes del sector. 
"Nos certificaban carne de vacuno francesa en nuestras recetas. En realidad nos daban carne de caballo rumana. Nos han engañado", subrayó en un comunicado Findus Francia, que se considera una "víctima" al igual que los consumidores. La misma posición han mantenido Nestlé e Ikea, que se apresuraron a anunciar una campaña extraordinaria de autocontroles.
La salud pública, fuera de peligro
Las autoridades se han puesto de acuerdo. La Unión Europea, los ministerios deArias Cañete (Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente) y Ana Mato (Sanidad), además de la Federación Española de Industrias de la Alimentación y Bebidas han mandado en las últimas semanas un único mensaje: “No se trata de un problema de salud pública”.
Además de este mensaje de calma, la UE ha puesto en marcha este viernes una campaña para detectar más casos de fraude. Los Estados miembro se han comprometido a realizar un total de 2.250 pruebas de ADN a alimentos procesados para determinar el alcance del problema. En nuestro país, los test y las pruebas para rastrear el fármaco fenilbutazona se repartirán de manera proporcional entre las comunidades autónomas, teniendo en cuenta el volumen de producción cárnica en cada una, según han explicado fuentes del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, que conducirá los trabajos en coordinación con el Ministerio de Salud y Consumo.
El objetivo de las autoridades nacionales es lograr una prospección lo más amplia posible y por ello las pruebas se realizarán en todas las comunidades y en todos los eslabones de la cadena agroalimentaria, desde el procesado hasta los puntos de venta, pasando por las instalaciones de almacenado y fábricas, todo paratranquilizar al consumidor.