Sabores de antaño

Aún recuerdo cuando era niño, en mi pueblo, a ese frutero que nos traía frutas y hortalizas con un olor que nos deslumbraba y un sabor, que para qué contaros... Claro, eran unas frutas y verduras recién cogidas de su huerta y todos los jueves cargaba su furgoneta de hortalizas y se dirigía hacia el pueblo, para venderlas.
Pero actualmente... ¿Dónde podemos encontrar esos sabores? Ahora que los tomates ya no son tomates, las naranjas, no saben a naranjas, las verduras han perdido todo su sabor... ¿dónde están esos excelentes sabores y olores de antaño?

Por eso, lo que quiero aconsejaros, amigos, es que empecéis a concienciaros de que esto hay que modificarlo totalmente, por bien nuestro: la salud, que es lo principal de todo.

¿Por qué comer unos tomates que no son tomates, sino una alteración del producto, criado en agua, con muy poca tierra y una cantidad exagerada de productos químicos que le añaden a ese agua para que maduren antes? Porque no comer un tomate que estemos seguros al 100% y que tenga una garantía de calidad proveniente de la agricultura ecológica, con lo que hace de un tomate que no es alterado físicamente, con un sabor y aroma natural, como los de antaño. Al igual que el tomate, tenemos las naranjas, y muchos otros productos, criados de forma biológica sin alterar su desarrollo.

Pero alguien se preguntará... ¿Qué es eso de los productos ecológicos? Pues bien, los productos ecológicos son los productos criados de una forma natural, sin alterar físicamente su desarrollo; provenientes de la agricultura ecológica. Ésta, a diferencia de la convencional, es una agricultura cuyo objetivo principal es la obtención de alimentos con una calidad excelente, respetando el medio ambiente, mediante la utilización de medios naturales, mejorando la fertilidad del terreno, evitando así la contaminación. La forma más característica de este tipo de agricultura es el empleo de bancales, que es ni más ni menos que la división del terreno en pequeñas parcelas, dividiendo así cada tipo de cultivo.

Los abonos que se utilizan en este tipo de cultivo, son 100% naturales: estiércol de ganado ovino, caprino... Si vemos la diferencia entre los productos convencionales y los ecológicos, claramente debemos de optar por los ecológicos, ya que nos garantizan una mayor seguridad y calidad del producto.

Pues sólo sé una cosa, amigos, que consumiendo todos estos productos, me traen a la memoria aquellos sabores de antaño que consumía cuando era niño, lo cual hace que pueda volver a disfrutar.