Sicilia
Una escena única en el mundo: bajo un viaducto ubicado en el mismo centro de Catania, en una zona superconcurrida, al lado del mercado principal y en la rotonda más transitada de vehículos, allí, debajo de un puente, se monta un restaurante con mesas y sillas de plástico, se cubre con manteles de cuadros rojos y blancos y se sirven pimientos rojos y alcachofas a la parrilla; mariscos crudos y a la brasa, igual que pescados. La temperatura el 31 de diciembre, un día soleado, como casi todos, no era impedimento para que este comedor en la callé se vea repleto. Igual sucedió la víspera y año nuevo. Y es que en Sicilia hay que considerar habitual, lo más común, encontrarse infinidad de puestos callejeros, incluso muchos carromatos, vendiendo la cosecha propia del campo, o todo tipo de mercancías.
Los asados a las ascuas son norma en esta gran isla. Hay un lugar excelso, en Catania, en donde al calor del carbón se echa los manjares elegidos en el mostrador por el comensal. Una caponata, que se asemeja a un pisto con berenjena, levemente acidulado por efecto del vinagre, que se enriquece con alcaparras, pasas y otros toque personales; dos gambas rojas gigantes; un chipirón de unos 300 gramos y una cigala hermosa – no confundir con scampi, que es nuestra cigala –, entiéndase cigala real, langosta menorquina, cigarra, alpargata de mar, etc., más dos casattas, tarta típica y un buen chardonnay autóctono subieron la nota a 120. Es decir, ciegos de manjarosidad marina por 60 € boca. En Trattoria del Cavaliere, en el corazón de la ciudad, con el tel: 095.310491. Imprescindible reservar.
En Sicilia se come estupendamente y barato. Los precios son siempre asequibles; salvo en Taormina, una villa que vive de las grandes aglomeraciones turísticas. Hay muchas cosas por descubrir. Además de la cigala real, la langosta menorquina, la cigarra, la alpargata de mar, en definitiva la , que escaseando es posible encontrar en determinados restaurante con cierta asiduidad, mientras que en España solo la hemos disfrutado en unas 15 ocasiones en los periplos gastronómicos llevados a cabo en los últimos 25 años, tres de ellas en Etxebarri, en Axpe (Vizcaya), además de este crustáceo antidiluviano en desaparición, se encuentran excelentes verduras. Probablemente el mejor tomate de Europa. De naranjas abastecen a toda Italia. Sus pistachos, que tanto se prodigan en platos salados como dulces, no dejar de probar el canutillo (Cannoli Siciliani), merece los mayores honores. Incluso sus vinos, potenciados por las alturas del Etna, unos 3350 metros, superan las expectativas que cabe esperar de su latitud. Y, repetimos, atún, salmonetes, doradas, cherne, mero, gambas rojas y blancas, cigalas...con diferencia la mejor materia prima pescada en el Mediterráneo de todo el país.
Y si Sicilia es un reducto de géneros excelsos, como las alcaparras, de idiosincrasia, populismo, historia, arqueología, vegetación, playas...de extraordinaria belleza, es, además el paraíso del óleo. Para que no haya dudas, es al aceite lo que Burdeos al vino; ni más ni menos. Cincuenta “premiers crus” entre los que nos permitimos destacar seis nombres: Furgentini, Pianogrillo Particella 34, Felice Módica, Villa Zottopera, Angelicum y Primo de Agricoltura Biologica. Son los Margaux, Latour, Haut-Brion...del zumo de aceitunas.
Y si hay muchos restaurantes interesantes, como La Madia (+39.0922.771443) en Licata; Casa Grugno (+39.0942.21208), en Taormina y Katane Palace (+39.095.7470702), en Catania, el genuino representante de la cocina siciliana es Duomo (+39.0932.651265), en la hermosísima Ragusa. Ciccio Sultano reinventa con sumo talento el costumbrismo hasta convertirse en uno de los chefs más reputados del panorama culinario europeo. Sus espaguetis con tartar de anchoas frescas, huevas de atún y jugo de zanahoria; sus ñoquis con albóndigas de sepia y cerdo; su cuscus a la almendra con pescados, mariscos y sopa; su cucharilla de caviar, lubina, ricotta y miel...Sicilia, sabores ancestrales y originales.