Belarmino Fernández, Empresario y Presidente del Consejo de Rubaiyat: “Con los Socios Tiene que Haber Sinfonía y Sintonía”

 

Cinco Días

Belarmino Fernández, nacido en São Paulo (Brasil) hace 53 años, solo mira al futuro. Por ello, acordó la venta del 70% de los restaurantes Rubaiyat, compañía fundada en 1951 por su padre, Belarmino Fernández Iglesias, en São Paulo, a la empresa de capital riesgo Mercapital, un acuerdo que cerró en apenas tres días por 46 millones de euros. Este año espera facturar 50 millones.
Pregunta. ¿No le fue difícil desprenderse de ese componente sentimental que tiene la empresa que fundó su padre con tanto esfuerzo?
respuesta. Hace 20 años que llevo las riendas del grupo empresarial. Vengo de una familia de emigrantes, donde había para comer pero no mucho, pero más allá que el mantenimiento del valor del patrimonio, busco crecer de manera consistente, sin riesgos, sin perder el foco en lo que es el negocio. Los locales no valen nada sin clientes, es el único valor, es el dueño de nuestro negocio. Nuestra estrategia siempre ha sido conservadora para mantener un crecimiento orgánico.
P. ¿Hacia dónde quiere impulsar ese crecimiento?
r. El ciclo de expansión lo tuvimos que detener un poco debido a la crisis económica. Mi sueño es expandir la compañía por Europa. Desde 2006 vivía en España, pero en 2009 tuve que marcharme y centrarme en la expansión en América Latina. En 2007, nada más abrir el restaurante en Madrid, el negocio fue un éxito; el siguiente año no fue tan bueno, y al siguiente tuve que regresar porque no había posibilidades de expansionar el negocio por Europa. En 2011 surgió la oportunidad con Mercapital, donde hubo un gran entendimiento desde el principio. Ellos estaban abriendo mercado en Brasil y en América Latina, así que fue perfecto.
P. ¿La expansión es una realidad?
r. Surgió la posibilidad de abrir en Brasilia; en noviembre abriremos en México DF, y tenemos Chile para 2014. Otra apertura prevista será en Río, será tan bonito como Figueira (São Paulo) y desde allí se verá el Cristo. En Colombia también inauguraremos en 2015, y estoy mirando locales en Perú, Ecuador y Panamá. En el futuro abriremos en Estados Unidos, en Miami. La empresa se dobla en tamaño el próximo año y creceremos un 20% durante los tres próximos años.
P. ¿La gestión es independiente tras la entrada de Mercapital?
r. Nos aporta experiencia en los mercados en los que queremos entrar y tecnología financiera que una empresa familiar no tiene. La gestión operativa es nuestra. Lo que hacemos es sumar fuerzas, compartimos responsabilidad en las decisiones pero con menos riesgo. Lo que hemos hecho es que valgan más los activos de la compañía, aunque seguimos ofreciendo la misma calidad al cliente. Y para nuestros empleados es un reto que se abran nuevas perspectivas.
P. ¿Su padre qué dice de todo esto?
r. Este proceso coincidió con un derrame cerebral que tuvo hace dos años, y en Brasil todo aquel empresario que está incapacitado no puede llevar una empresa. Nosotros no estábamos en venta. El presidente de Mercapital, Javier Loizaga, vino a comer al restaurante con nuestro presidente, Fernando López, y en un almuerzo cerramos el negocio, en cuatro meses lo teníamos concluido. Era una operación que teníamos que hacer rápido, ya que si se decía que estábamos en venta podíamos llegar a una desestabilización que no era buena sobre todo para los empleados. Para mi padre no hay mejor inversión que la que hace crecer a una empresa.
P. ¿Qué ha aprendido de su padre?
r. La perseverancia. Mi padre, con 82 años, sigue comprometido con la calidad, por atender, por servir, de la misma manera que yo estoy formando a mis cuatro hijos, preparándoles para la vida.
P. ¿Es importante encontrar al socio adecuado?
r. Tiene que ser amor a primera vista. El presidente de Mercapital vivía en São Paulo, con el fin de ayudar a las empresas españolas a desarrollar su negocio en América Latina. En los negocios tiene que haber entre los socios sinfonía y sintonía; además de querer que todo salga adelante. Yo tenía el objetivo de doblar mi empresa en cinco años, con los nuevos socios lo conseguiremos en dos. El tamaño no importa, lo importante es seguir haciendo las cosas bien, sin perder el espíritu y la vocación de servir. Somos una empresa con identidad propia y también queríamos dar la oportunidad a nuestros empleados de participar en ella.
P. ¿Cómo dará entrada a la plantilla en el capital?
r. Van a poder entrar en una parte del capital. Tenemos 800 empleados y en cinco años tendremos 2.000 personas trabajando en 12 locales.