Las Comidas que Nunca Comen los Trabajadores de las Cadenas 'Fast Food'

 ¿Qué comemos cuando pedimos una hamburguesa en un restaurante de comida rápida? (Corbis)
Héctor G. Barnés

Miguel Ángel ha pasado los últimos meses trabajando en una cadena de las llamadas de comida rápida (o, de manera menos eufemística, “comida basura”), y cuando reconoce a uno de sus amigos de toda la vida en la cola de gente que espera para pedir, se acerca a él y, tras darle un fuerte abrazo, le susurra al oído “vete a otro sitio, no se te ocurra comer aquí”. Bella y útil es la amistad: si alguien a quien te ata tal confianza te avisa de algo así, probablemente sea mejor hacerles caso.
Muchas son las leyendas urbanas que rodean a este tipo de establecimientos, de los célebres pollos sin cabeza de Kentucky Fried Chicken a las cucarachas de Taco Bell, pero no son más que rumores sin fundamento que, en la mayor parte de los casos, no responden más que a intentos de acabar con la reputación de dichas empresas. Las historias que se cuentan raramente trascienden el “pues un amigo mío…” y, debido al poder económico de muchas franquicias, pocos se atreverían a hacerles frente.
Sin embargo, un reciente hilo del foro Reddit ha recopilado de manera tan exhaustiva algunas de las historias de muchos de los empleados de estas empresas que rápidamente ha circulado por todo el mundo y se ha convertido en un importante fenómeno viral. Al fin yal cabo, los 9.956 comentarios que en el momento de escribir este artículo conforman el hilo son una muestra bastante amplia de la experiencia de estos trabajadores.
Como indica uno de los foreros, “las franquicias suelen favorecer estos comportamientos”, ya que en ellas la responsabilidad última de la marca pertenece a otras personas, mientras que “las empresas locales tienden a ser mucho más estrictas”. Pero, ¿cuáles son las cosas que nos descubren estos trabajadores y que deberían conocer los clientes antes de pedir nada en estos establecimientos?
La carne es de todo menos carne
Como cabía esperar, las sospechas que recaen sobre la auténtica composición, manipulación y proceso químico de los alimentos son bastante frecuentas. Carne que se queda pegada a los dedos antes de cocinarse, sándwiches de cangrejo donde el único sabor es el de la mayonesa que acompaña a la pasta o los platos cuyo principal objetivo es dar salida a la comida que no se ha ingerido son sólo la punta del iceberg. Como explicakoma0029 respecto a la salsa “especial” de su restaurante italiano, está fabricada con “el pollo, la carne y el cerdo que no se ha utilizadodurante la semana previa, y puede estar ahí durante una semana sin que la tiren”.
Aceite utilizado, reutilizado y vuelto a utilizar
No hay más que darse una vuelta por una verbena popular para darse cuenta de que España es un país con una amplia tradición de reutilización del aceite, algo también común en algunos establecimientos cuando aprieta el tiempo (y los presupuestos se reducen). El testimonio de un talJohnnyDollar es estremecedor: “Tienes cuatro contenedores donde fríes patatas. A los dos días, el aceite era ya demasiado oscuro para las patatas, así que lo cambiábamos al pollo. Mientras simplemente estuviese oscuro, no había problema. Después de una semana de freiduría masiva, el aceite era tan negro como el petróleo. Entonces se enviaba a los filetes de pescado”.
La comida vegetariana no lo es tanto
Uno de los trabajadores, que responde al nombre de Nohbudy, señala que una de las prácticas más habituales en hora punta es freír la carne de las hamburguesas vegetarianas en la misma parrilla en que se fríen las normales, a pesar de que la política de la compañía indica que debe ser algo a evitar.
Bombas calóricas
Aunque se presenten como alimentos saludables, en la mayor parte de ocasiones es complicado, cuando no absolutamente imposible, conocer el auténtico aporte calórico de cada comida. Es lo que ocurre con la que ha sido considerada como “la comida menos saludable de Estados Unidos”, un plato de pasta ofertado por The Cheesecake Factory y que, según los análisis, aporta 3.000 calorías al organismo, el equivalente a una contundente cena de Navidad.
Precios inflados
Cuando conoces en detalle el procedimiento de elaboración de determinado plato, es más sencillo darse cuenta si realmente vale el precio que se pide por él o si por el contrario tiene un margen de beneficio tan amplio que bordea el timo. En otros casos, ni siquiera se disimula la relación calidad precio, sino que se venden alimentos por varias veces el precio por el que se pueden adquirir al por mayor, como ocurre con determinados postres o bebidas.
La higiene brilla por su ausencia
Se trata de otro de esos problemas en los que las compañías poco pueden hacer en muchas ocasiones, más allá de dar ejemplo a través de fuertes sanciones. Determinados establecimientos son señalados por los pocos escrúpulos de sus trabajadores, como indica noisyturtyle, que explica que en una tienda de una famosa cadena de comida mexicana “los empleados nunca lavan sus manos y les gusta jugar con sus mocos y su pelo corporal”.
Comida recalentada
Uno de los empleados de Panera, una franquicia de bocadillos que aún no ha llegado a España, recomienda no tomar la sopa del establecimiento puesto que no se cocina en el día, sino que se suele recalentar en jornadas sucesivas. Si uno acude a un establecimiento de hostelería, probablemente espere que la comida que va a consumir no haya pasado varias noches en la nevera.
Sólo se limpia antes de una inspección
Si ocurren todas estas cosas, ¿por qué las inspecciones de sanidad no hacen nada al respecto? Diversos foreros explican que, al menos en Estados Unidos, los encargados obligan a realizar limpiezas exhaustivas y a tener un cuidado extremo durante los días previos a la visita de los inspectores. Como explica CheetahBread, un empleado de una pizzería, “sabemos cuándo se va a producir una inspección, así que pasamos una semana limpiando y preparándolo todo para que quede perfecto”.
Cuidado con el hielo
Una de las explicaciones que aducen aquellos que niegan la existencia del garrafón para justificar por qué tenemos el estómago hecho polvo la mañana después de tomar un par de copas por la noche es que es el hielo lo que resulta tan dañino, no el alcohol. An_Arrogant_Ass recomienda pedir la bebida sin hielo, puesto que las máquinas se limpian con una frecuencia mucho menor de la recomendada, lo que provoca que la suciedad aparezca rápidamente.
Todo lo anterior es mentira
Son los menos numerosos, pero también hay foreros que recuerdan que su experiencia ha sido completamente positiva en dichos establecimientos y que el resto de mensajes son exageraciones o, directamente, invenciones. Es el caso de Tylerdurden516, que ha pasado la mitad del decenio que lleva en el mundo de la restauración en franquicias. “Están limpios de la hostia. Por el contrario, las tiendas más pequeñas no tienen clientes secretos (clientes falsos que evalúan la calidad del producto) ni realizan inspecciones sorpresa a menudo”. Contundente.