El Piamonte tiene una aportación mundial a la dulcería del chocolate, su maridaje con la avellana. La gianduia ha conquistado el universo gastronómico. De cuanto se ha elaborado con esta conjunción, he aquí la golosina más conseguida. Logradísima...
Pan artesanal típico de la Cerdeña, ciertamente encantador, que esta señora sexagenaria elabora, con sus seis hijos, como nadie. Se trata de una torta con infinitas cortezas, superfinas, que configuran una especie de milhojas redondo. El sabor es noble, muy auténtico, enriquecido levemente con aceite de oliva, refinado y rústico a la vez, en una simbiosis perfecta. La textura, sumamente delicada, crujiente, crocante a más no poder, sin miga, merece el sobresaliente; única. Provoca de manera insaciable. Elaborado con sémola triturada de grano duro, sémola de grano duro, agua, levadura, sal y aceite de oliva virgen extra. Existe otra versión sin aceite de oliva.
Puede emplearse en cocina, hidratándolo, tomando diferentes formas y características. Por ejemplo, creps, bolsas, cocas, gazpachos manchegos, etc., desapareciendo la sensación crujiente y adquiriendo otra más esponjosa, soposa.