Una selección “microscópica” de puerros, verdaderamente pequeños y delgados, pelados de manera escrupulosa. Hacen gala de una sabia cocción, larga y extrema, que busca una textura muy pero que muy cremosa. El sabor está marcado por la suavidad, por la delicadeza, por atemperar ese sabor tan propio que tiene esta hortaliza y que necesita ser dulcificado.
Visitar Bélgica, especialmente Bruselas, implica conocer alguna de las tiendas del más famoso chocolatero del país, cuyo establecimiento de máximo diseño esta en la dirección que aquí facilitamos. Exposición en dos pisos de toda clase de...