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Los Caprichos de Meneses

Alfonso Meneses
Alfonso Meneses
País: España
Localidad: 49015 Zamora
Dirección: Plaza de San Miguel, 3
mapa
(+34) 980530143
Cierra: Miércoles
Precio: 40/70 €
Precio menú degustación: 45 €


  • Sopa de manzana con tosta zamorana
  • Sopa de manzana con tosta zamorana
  • Foie gras con piña caramelizada y blinis
  • Foie gras con piña caramelizada y blinis
  • Pulpo a la brasa con patatas al pimentón
  • Pulpo a la brasa con patatas al pimentón
  • Bacalao con helado de pimentón y espuma de salazón
  • Bacalao con helado de pimentón y espuma de salazón
  • Cochinillo confitado
  • Cochinillo confitado

En el mismo centro de Zamora, rodeado de arte románico, se encuentra el restaurante de Alfonso Meneses, un personaje lúcido y divertido, un tanto provocador, que no deja indiferente a nadie. Un profesional como la copa de un pino, que trabajó antes de inaugurar este negocio, en 2005, en El Rincón de Antonio.
Lo primero que hay que resaltar es que ha centrado muy bien el mensaje: productos estelares y originalidad. Sus especialidades son el foie gras y el bacalao, entre otros selectos y suntuosos géneros, a los que se rinde pleitesía en la carta. Por tanto, no defraudará la comida, ya que la materia prima merece la consideración de soberbia, las técnicas de hechuras están muy bien plasmadas y la fantasía es la suficiente para marcar la diferencia sin caer en excentricidades.
Sorprendente y liviana la sopa de manzana con tosta zamorana, confeccionada a partir del queso local y aceite de manzanilla. Noble, clásico y con cierta enjundia el foie gras sobre blini con piña caramelizada y pincelada de salsa de Módena. Esencial e impecable el tentáculo de pulpo a la brasa, con un sabor y una consistencia logradísimas, que se acompaña de milhojas de patatas al pimentón y dibujos de ajoblanco. Colosal por valor intrínseco y punto de cocción el bacalao pochado a 70 grados en grasa de jamón, inmaculado y súper jugoso, con el valor añadido de un académico helado de pimentón, que le va de perlas y que nos refresca la memoria: ajoarriero aborigen, más una espuma del salazón. Otro momento en verdad eufórico: el lechón confitado; una carne manjarosa, tratada con doctoral técnica, que propicia un contraste táctil conmovedor. Y los postres, sin llegar al nivel de la cocina salada, mantienen una buena tónica: tiramisú con helado de coco, como fresa para chocolate y, el más recomendable, la torrija caramelizada, que brinda una manera libre pensante de entenderla, junto a un helado de avellana o de cualquier fruto de temporada.
Aunque lo mejor es atenerse a lo arriba señalado, también existen otras opciones notables: el helado de ostras con berberechos y caviar, los boletus edulis con foie gras y salsa de campeche, el rulo de foie gras con pan de miel de Sierra la Culebra, el bacalao al pil pil de aceitunas y el jarrete de ternera de Aliste.
Por lo demás, dispone de una barra formidable.