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Profumo Divino

Guillermo Field
Guillermo Field
País: Italia
Localidad: 12050 Treiso
Dirección: Viale Rimembranza 1
(+39)173638017
Cierra: Martes
Precio: 35 / 45 €


  • Hojaldre Relleno con Sepia y Guisantes
  • Hojaldre Relleno con Sepia y Guisantes
  • Lengua con Bagnetto Rosso, Chile Habanero y Patatas Fritas Pont Neuf
  • Lengua con Bagnetto Rosso, Chile Habanero y Patatas Fritas Pont Neuf
  • Atadillo de Intestino de Cerdo Relleno con Mollejas y Batsuá
  • Atadillo de Intestino de Cerdo Relleno con Mollejas y Batsuá
  • Pastel de Pasta Brisa con Chantilly y Naranja
  • Pastel de Pasta Brisa con Chantilly y Naranja

Ubicado en el centro de Treiso, este atractivo local, mitad bar, mitad vinoteca, pero sobre todo restaurante, es una creación de Guillermo Field. Tras su paso temporal por el famoso Ciau del Tornavento, este joven mejicano (32 años) se lanzó en esta aventura en 2008, alcanzando un éxito inmediato y merecido. Con mucho empeño y pasión, conquistó enseguida los honores de la prensa. Se trata de un restaurante de la nueva ola que, en aquel año, se estaba viviendo en la región de Alba. Además de los restaurantes clásicos locales, se han incorporado otros establecimientos dirigidos por cocineros que no son nativos de Alba y que han venido a expresar su talento a través de nuevas técnicas, nuevos productos (como el pescado de mar) y nuevos perfumes, pero conservando la materia prima local así como las recetas clásicas de la zona. En definitiva, han traído esta pizca de experiencia extra que permite a un territorio salir del provincialismo para descubrir el mundo. En su proyecto, Memo, como le llaman sus amigos, cuenta con el chef Gwendal Pinon, de la Bretaña francesa, y con su compañera Sara, de Treiso. Entre todos, proponen una cocina realmente placentera, fresca, joven en su presentación, nunca retórica ni banal. Una culinaria con enjundia, no demasiado rústica, bien ejecutada y no pesada.
Empezamos con una ensaladita de col rizada, col lombarda, patatas y tomate cherry: color, vivacidad y frescor presentada en cristal. Después probamos un elegante hojaldre relleno con sepia y guisantes, y un clásico local: hígados de conejo sobre cebolla frita y espinacas. Entre los entrantes, las tagliatelle de huevo con alcachofas y gambas – muy golosa la pasta, cocida al horno con ricotta–, espinacas y avellanas machacadas, son igual de sabrosas que los ñoquis de harina de castaña con virutas de queso pecorino. De los platos de resistencia, cabe destacar la lengua con bagnetto rosso (salsa de verduras, tomate y especias) refinada e inteligentemente aromatizada con chile habanero y patatas fritas Pont Neuf. El plato que más gustó fue el atadillo de intestino de cerdo relleno con mollejas y batsuá (manitas de cerdo agridulces, típicas del Piamonte) sobre puré de patatas: suculento, de un sabor potente, denso y generoso. ¡Un verdadero placer! Muy buenos, los postres, bien cocidos y no pesados: panna cotta ejecutada según todas las reglas del arte sin cola de pez, o el fragrante pastel de pasta brisa con chantilly y naranja.
Los apasionados de vino encontrarán la manera de satisfacer sus papilas gustativas: estamos en el corazón de la región del Barbaresco y Memo es un gran conocedor y apasionado del vino, un auténtico profesional. Elijan juntos según sus preferencias o déjese guiar si tiene curiosidad por descubrir nuevos caminos. Guillermo siempre elegirá una botella que le satisfará recordando, aunque haya transcurrido mucho tiempo desde su anterior visita, algo que degustó en esa ocasión y le sorprenderá con la nueva añada o con otro vino relacionado, de algún modo, con el que probó en el pasado. Antes de un gran Barbaresco de Bruno Rocca, Memo nos sirvió un espumoso clásico y un Nebbiolo de una pequeña bodega poco conocida: Cascina Baricchi di Neviglie (Cuneo). Dos excelentes propuestas, fuera de serie, a un precio atractivo: ¿qué más se puede pedir?
Profumo Divino es un local actual, moderno, que cuenta con una fórmula ganadora: horario flexible, a la vez bar, vinoteca y restaurante. Atrae a una clientela muy variada. El ambiente no es lujoso, sino más bien sobrio, luminoso, pulido, amplio (con espacio entre las mesas). La profesionalidad está garantizada en todos los niveles, desde la presentación hasta la ejecución, y la relación calidad/precio es fantástica. ¡Chapeau!